Entre los jugadores amateurs, lo más normal es que el nivel técnico existente sea muy similar, si consideramos que esto es cierto, debe existir un elemento diferenciador que convierta a unos en triunfadores y relegue al resto al final de la lista.
Pues bien, la clave para muchos se encuentra en la capacidad psicológica del individuo, entendida como la conjunción perfecta entre el cuerpo y la mente a la hora de desarrollar nuestro juego.
La confianza en uno mismo es sin duda uno de los elementos psicológicos que más influyen en el desarrollo y resultado de nuestro juego.
Pero ¿puede trabajarse esa confianza? Por raro que pueda parecer la respuesta es sí. A continuación le enseñaremos cómo hacerlo.
QUÉ ES LA CONFIANZA
La Real Academia de la Lengua define la palabra confianza como: esperanza firme que se tiene de alguien o algo; pues bien, esta esperanza es algo vital en lo que al deporte en general se refiere y en concreto dentro del pádel.
Cuando aprendemos una determinada habilidad atlética, confiamos en que podremos desarrollarla siempre que lo deseemos y en eso se basa la posibilidad de ir mejorando paulatinamente los resultados.
Pero ¿qué ocurre cuando perdemos esta confianza? tendremos la sensación de no saber lo que estamos haciendo o de no ser capaces de desarrollar lo aprendido y, en consecuencia, los resultados se tornarán en nuestra contra.
Para cualquier deportista resulta de vital importancia ser capaz de mantener la confianza en su juego y en sus posibilidades.
OBSTÁCULO MENTAL
Uno de los obstáculos mentales que más se muestran en el jugador de padel, tanto amateur como profesional, es la falta de confianza en uno mismo. A muchos jugadores les cuesta verse como ganadores de un torneo y en consecuencia juegan con miedo, lo que sin duda influye muy negativamente en su juego.
Es un obstáculo más que nosotros mismos ponemos a nuestro juego.
Al enfrentarnos a un partido debemos ser plenamente conscientes de nuestras posibilidades, para no exigirnos más de lo que podemos dar (lo cual conllevaría sucesivas decepciones), pero nunca infravalorarnos. Muy por el contrario, siempre debemos estar plenamente convencidos de que podemos ganar o, cuando menos, de que podemos mejorar nuestro último resultado.
Tener expectativas reales es algo fundamental: un jugador que conoce sus metas y adecua a ellas su juego, disfrutará mucho más y en consecuencia obtendrá mejores resultados.
LA IMPORTANCIA DE PRACTICAR
Sin duda alguna la práctica es la base necesaria para adquirir confianza en el juego, puesto que es la única manera que tendremos para conocer y mejorar nuestro juego, para saber cuáles son nuestros puntos fuertes y cuáles los débiles.
La mayor seguridad nace siempre del autoconocimiento, de saber en cada momento lo que se puede conseguir con cada palo y en cada situación.
Ahora bien, a la hora de practicar debe anteponer siempre la calidad a la cantidad. Efectivamente, no siempre disponemos de todo el tiempo que deseamos para poder dedicarlo a practicar a nuestras anchas y por eso resulta fundamental que cada minuto que pasemos practicando esté previamente planificado y tenga un objetivo.
Marcarnos objetivos es lo más importante para sacar rendimiento de cada sesión de entreno.
VALORAR EL PROGRESO
Recapacite: dónde estaba y dónde está ahora Seguro que ha mejorado considerablemente ¿no es eso un auténtico logro? Revisar nuestra propia trayectoria y ver el progreso conseguido es una buena inyección de moral y confianza.
En esa revisión céntrese en los momentos positivos: aquel golpe tan difícil del que salió airoso, aquel partido que ganó a un rival superior trate de recuperar las sensaciones vividas en esos momentos y comprobará como su autoestima se dispara.
Esto que en principio puede parecer tan obvio y hasta un poco tonto, es un ejercicio que habitualmente realizan los psicólogos deportivos con sus pacientes: repasar mediante álbumes de fotos momentos en que el deportista consiguió sus mayores éxitos, o incluso hacerles limpiar los trofeos conseguidos. Una vuelta al pasado que carga de energía y gracias a la cual se recuperan sensaciones que pueden haberse perdido.
RELÁJESE Y DISFRUTE
Los mejores deportistas coinciden en señalar que lo más importante de jugar es poder disfrutar de lo que se hace.
La confianza está directa e íntimamente ligada con el disfrute, puesto que éste nos ayuda a romper con la tensión que supone el juego y a aceptar mucho mejor nuestros errores.
Al fin y al cabo, el pádel es un juego y como tal debe reportar diversión a quien lo practica ya que de otra forma acabará por aburrirse y dejarlo. Disfrute con los golpes buenos y trate de olvidar cuanto antes los malos.
Muchos teóricos de la materia, afirman que uno de los mayores problemas de los jugadores amateurs es que complican su juego con miles de teorías que intentan aplicar en cada golpe. Pues bien, usted debe intentar hacer todo lo contrario: ponga su mente en blanco, no piense en nada y deje que el movimiento fluya por sí solo; la memoria muscular hará el resto.
Debemos tener unos cuantos puntos claros y, a partir de ahí, jugar lo mejor que seamos capaces; pero no nos compliquemos la vida con cientos de teorías que no sabemos cómo aplicar. Tal vez sus golpes no sean los más estéticos ni los más potentes, pero son sus golpes y con ellos puede lograr grandes resultados.
Si lo prefiere, seleccione un jugador profesional al que admire y trate de emularle en todo lo que le sea posible. De esta forma establecerá un objetivo único y claro que le servirá para tener las ideas más ordenadas y trabajará para conseguirlo.
Fuente: A-alvarez