En cierta ocasión, durante una conferencia, me preguntaron ¿Qué deporte es más complejo psicológicamente el pádel o el tenis?…no lo dudé ni un instante, mi respuesta fue el pádel.
Se podría decir que el pádel tiene los mismos componentes psicológicos que tiene en tenis pero multiplicado por dos, es decir, las similitudes a nivel psicológico con el deporte de la raqueta son muchas, debido a que ambos deportes comparten muchos aspectos del juego (mismo sistema de puntuación, ritmo intermitente entre puntos, reglas parecidas, parecidos materiales, incertidumbre en la duración de los partidos…) pero en el pádel ocurre la circunstancia de que todas las conductas, pensamientos y actitudes de un jugador/a afectan de una u otra manera a su compañero/a, y esto complica enormemente la naturaleza psíquica de este deporte.
El actual seleccionador nacional masculino Martín Echegaray dijo en una ocasión algo que se me quedó grabado “la pareja de pádel es como un matrimonio y los resultados son los hijos” estoy totalmente de acuerdo, una pareja de pádel suele tener, tanto a nivel profesional como a nivel amateur, problemas parecidos a los que “sufren” a veces los matrimonios o parejas que conviven, el desgaste emocional que conlleva pasar muchas horas con una misma persona puede pasar factura en el terreno deportivo, no tanto en el sentimental porque se supone que el amor hace de colchón y, al final, puede con todo, pero en una pareja de pádel no hay amor, sino compromiso y quizá éste no es lo suficientemente fuerte como para soportar ciertos desajustes emocionales dentro y fuera de la cancha de juego. Es por eso que debemos cuidar mucho ciertos aspectos cognitivo- conductuales que pueden favorecer el buen rendimiento y la continuidad de una pareja de pádel.
Será muy importante el concepto de “jugar en equipo” pero, en este caso, en un equipo de dos, donde va a resultar fundamental tener en cuenta los siguientes aspectos:
La actuación conjunta por encima de la individual
Apoyo mutuo, no siempre van a estar los/las dos al mejor nivel y la tolerancia adquiere un papel fundamental
Una comunicación y un feedback adecuado y entrenado
Asumir roles
Conocer y saber entender actitudes y aptitudes de nuestra pareja
Compromiso de trabajo. Establecer objetivos comunes
Entrenar juntos/as
Uno de esos puntos se refiere a la asignación de roles dentro de la pareja. Cada jugador/a debe saber la función que cumple en la pareja a nivel técnico, físico y psicológico, de esta manera nos encontraremos en muchas parejas de pádel, líderes técnicos, líderes tácticos, líderes emocionales, etc y esto es bueno para “el equipo” si cada uno asume su rol y lo lleva a cabo. Tanto las actitudes como las aptitudes perfilan el rol de cada uno.
Otro aspecto que hay que cuidar y entrenar conjuntamente es la comunicación. Es muy importante que exista comunicación dentro y fuera de la pista; antes, durante y después de los partidos; Que exista comunicación táctica durante los puntos y que esta comunicación sea positiva y constructiva.
Por último me gustaría hablar de los principales motivos que llevan a una pareja de pádel a separarse, según mi experiencia y, comentándolo con distintos entrenadores, podemos concluir que algunos de los aspectos que llevan a una pareja de pádel a separarse deportivamente pueden ser los siguientes:
Desgaste por exceso de tiempo jugando juntos/as
Malos resultados
Falta de compromiso por parte de alguno de los componentes de la pareja
Objetivos diferentes
Mala relación fuera de la pista
Falta de confianza dentro y fuera de la pista
A veces, excesiva confianza fuera de la pista que hace que, en muchas ocasiones, se pierda el respeto dentro de la misma.
Fuente: Óscar Lorenzo García (Psicólogo de la federación española de pádel)