Independientemente de que seamos más competitivos o menos y de que se sea profesional o no casi todos nos hemos visto envueltos en alguna competición de mayor o menor nivel. De hecho la competición es una manera de evaluar nuestro nivel de juego, nuestras habilidades y nuestra forma de responder bajo una cierta presión.
Es bueno fijarnos algún objetivo en nuestros entrenamientos, en nuestras clases o simplemente para probarnos, pero sin convertir este hecho en una prueba a vida o muerte, porque además el pádel tiene la peculiaridad de que es un deporte en equipo pero de dos, lo que hace que sea muy típico eludir la propia responsabilidad y trasladársela al compañero, mientras que en otros deportes de equipo la responsabilidad queda más repartida entre el conjunto de jugadores.
Podemos dividir el partido, sea de competición o no, en tres partes, que son: antes, durante y después del partido.
El prepartido es una fase a menudo subestimada y que se debería cuidar más, sobre todo por los profesionales, y es una fase en la que se debe cuidar tanto la alimentación, comiendo con tiempo suficiente para que no nos afecte durante el partido lo ingerido y que además nos proporcione energía para afrontar un hipotético partido duro. Un tiempo entre comida y partido de unas dos horas y media o tres y una ingesta de carbohidratos (tampoco hay que excederse), así como una buena hidratación son recomendables.
Debemos también analizar el partido, estudiar cómo afrontar el juego de nuestros rivales, tener en cuenta las circunstancias externas (tipo de pista, bolas, etc) y definir una táctica que no siempre es infalible y que a veces nos veremos obligados a cambiar por las circunstancias del partido, pero es muy típico salir a ver qué pasa, sin esquema y perder partidos que con un poco de disciplina se podían haber ganado. Hay otros donde la superioridad de nuestros rivales hace inútil cualquier táctica pero ésta ayuda a que la derrota sea menor.
Durante el partido debemos tratar de mantener la táctica preconcebida, hablar con el compañero, mantener la concentración, ser positivos y tratar de reaccionar con inteligencia ante las situaciones adversas, así como no responsabilizarnos de manera exagerada y que ello nos lleve a bloquearnos. Si las cosas no salen trataremos de mantener la calma, no siempre los mejores momentos de nuestro compañero coinciden con los nuestros, pero hay que mantener la actitud constructiva.
El postpartido es el momento de la recuperación, tengamos que continuar en el torneo o no, ya que a veces se abandona uno por el hecho de que ya terminó la competición. Es el momento de rehidratarse, de alimentarse y de estirar para recuperar los músculos, así como analizar el partido se haya ganado o no, ver lo que funcionó y lo que no y porqué, y si se puede hacer mejor la siguiente vez aunque se haya ganado. Si se sigue en el torneo es el momento de analizar el siguiente partido y continuar en la misma dinámica.
Fuente: Antonio Ochoa